NAPOLEÓN PISANI..,

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miércoles, 7 de septiembre de 2011

ELSA MORALES

Napoleón Pisani Pardi
Fotos: Mariano Díaz


    Su obra es el ejemplo más valedero de la enorme capacidad creadora del pueblo venezolano. Pintora, hacedora de cuentos, poemas y muñecas de trapo, y ahora compositora de canciones.

    Elsa Morales, pintora, hacedora de cuentos, poemas y muñecas de trapo, y ahora compositora de canciones, es el ejemplo más valedero de la enorme capacidad creadora del pueblo venezolano. Ella, la que vino un día a Caracas desde una pequeña población cercana a esta ex-ciudad de los techos rojos, realiza todas estas actividades con la misma facilidad y talento que demuestra a la hora de cocinar cualquier plato, pues Elsa, para usar un término de moda, es una mujer completa, un ser que es capaz de pintar el cuadro más increíblemente bello, más conmovedor, al mismo tiempo que prepara el mejor de todos los asados del mundo. Esto viene a demostrar, otra vez más, que los menesteres erróneamente considerados menos excelsos, en ningún momento dañan la extrema sensibilidad del artista consagrado.


    La obra de Elsa Morales posee un dibujo y un colorido enérgico, donde habitualmente aparecen escenas propias de la ciudad: edificios, casas, calles, avisos luminosos, motociclistas, carros, policías, violaciones, atracos, heladeros, autopistas, etc., etc. “Cuando camino por esta selva de concreto – dice Elsa – corro a buscar colores para imaginar y pintar mundos de cosas bellas para los niños. Sin embargo, salen en mis cuadros gentes con cara triste. Hay alegría en los colores, pero una gran tristeza en las gentes que habitan en los edificios de apartamentos. A mí me tocó vivir para hacer una pintura de protesta, donde el individuo sienta la realidad del país”.

-   ¿Qué te induce a expresarte en tan distintos campos de la creación  artística?
-    Uno nace con diferentes inclinaciones, pero es ahora, cuando ya estoy madura, cuando se me ha permitido hacer todas estas cosas. En mí hay una gran necesidad interior de hacer arte de muchas maneras, pues yo soy un ser angustiado que tiene necesidad de estas siempre en movimiento, haciendo cosas y expresándome de muchas formas.


-   ¿Y en cuál de esas expresiones te sientes más cómoda?
-    Yo pienso que desde que tú me has puesto el título de “la mujer completa”, me siento feliz expresándome artísticamente de distintas maneras. Eso ha hecho que a cada rato reciba ofertas de matrimonio.

-   ¿Y eso te agrada?
-    ¡Caramba!, y a qué mujer no le gusta tener bastante de donde escoger.

-   Elsa, ¿qué piensas tú sobre el interés que últimamente se ha despertado en torno a las manifestaciones artísticas populares?
-     El arte popular es el arte que se dirige hacia todas las clases sociales. Es fácil de entender y de sentir, no es un arte pretencioso, y es a la vez un arte profundamente sólido. Sin embargo, creo que acá en Venezuela, si pensamos en otros países, no se le ha hecho mucho caso al arte popular. Porque hay una cosa, poner a unos artistas monos en un Salón, no es suficiente. Además, dentro de la llamada pintura popular hay muchos coleados. Mira, te voy a decir una frase mía, dentro de muchos bagres siempre se pesca una sardina...

-    ¿Y qué opinas de la crítica de arte?
-    Bueno, hay unos críticos muy serios, y hasta ahora, en particular, la crítica siempre me ha tratado bien. Hasta en los Estados Unidos, país donde he expuesto tres veces, he tenido suerte con la crítica. Allá las personas que realizan esa labor son muy estrictas, allá no se dejan llevar por el amiguismo, no señor, allá la cosa es muy seria. Si uno es bueno la crítica dice cosas buenas del artista, pero si se es malo, a pesar de la amistad que pueda existir entre el crítico y el artista, se le dice sus verdades.

-   Elsa, mucha gente sabe lo buena artista que eres, pero lo que no saben es que eres también una excelente cocinera. ¿Dónde aprendiste a cocinar tan sabroso?
-    ¿Qué donde aprendí a cocinar tan sabroso? Bueno, fíjate, desde la edad de siete años yo comencé a trabajar en diferentes casas de familia. Así que tuve que aprender a juro a cocinar, a planchar, a lavar… En esa importantísima universidad de la vida aprendí a cocinar, ¿satisfecho?.

-   Tú eres a nivel nacional e internacional, una de las artistas populares más sobresalientes. ¿Eso te asusta o te complace?
-    ¡Cónchale!, eso me satisface, pero lo que no me satisface es que uno tenga que pasar tanto trabajo en este país petrolero, en esta Venezuela Saudita, para poder vivir. Uno aquí vive con mucho trabajo, pues lo que tengo es fama, y con pura fama no se hace mercado.


-   ¿Tienes en proyecto algunas exposiciones?
-     El próximo año llevo otra exposición a “The Signs Gallery”, que es la galería que me representa en Nueva York. Pero me gustaría hacer una exposición, una gran exposición, en alguno de los museos que existen aquí en el país.

-    ¿Qué opinas de la política cultural del Estado?
-    Que es una porquería. Por ejemplo, en el campo de las artes plásticas no se está haciendo nada, porque hacer por las artes plásticas no es llevar a dos o tres artistas a una Bienal. Hay muchas Escuelas y Talleres en completo abandono. Hay muchos museos, de Caracas y del Interior, con un presupuesto miserable. Los ejecutores de la llamada política cultural del Estado, han despilfarrado el dinero y sólo ayudan a la gente que pertenece a su grupo y a los que le jalan mecate. Existen muchísimos artistas valiosos en el país, marginados por estos señores que se creen dueños de la cultura nacional.

-   ¿Cómo haces tú para comer, vestirte, pagar el apartamento, la luz, el agua, el teléfono, etc., etc., etc.?
-    Bueno, muchas veces dejo mi obra a medio terminar para vender artefactos eléctricos y otras cosas más. Porque esos compromisos, como el de cancelar la luz y el agua, no esperan a que uno tenga dinero con que pagar. Si, en nuestro país, el de los grandes recursos económicos, la existencia es muy dura para todo aquel que trabaje para embellecer la vida de sus habitantes. Más vale meterse a comerciante…

    “El arte es la más alta alegría que el hombre se dé a sí mismo”, decía Marx. Pero oyendo las declaraciones de Elsa Morales, la dulce artista de Santa Teresa del Tuy, la que habla con los pájaros de Guatopo, la que de una mirada nos adivina el porvenir, la bella morena que encanta a las serpientes y se ríe como los duendes juguetones de nuestra cordillera andina; pareciera que hacer arte en Venezuela es una ofensa para los ilustres dirigentes de la cultura nacional. “Más vale meterse a comerciante”, como dice Elsa, y montar un botiquín, y ponerle como nombre “BAR CULTURA”, y beberse allí dentro, al fondo blanco, un tronco de cóctel para olvidar. ¡Salud!.

Entrevista publicada en la revista KENA Nº 405, de fecha 11 de noviembre de 1982.

Elsa Morales murió en Barquisimeto, Estado Lara, el 3 de marzo del 2007.

2 comentarios:

  1. Excelente amigo Pisani, gran mujer Elsa Morales, mejor ser humano !! hacen falta personajes como ella.

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  2. Yo la quise entrañablemente !! la quise como artista y como bello ser humano que fue....Una incomprendida mas de este mundillo de las artes donde algunos se creen pequeños reyezuelos. Elsa dio mucho al pais, a sus artes plasticas y fue siempre una pequeña marginada de esa elite cultural Venezolana. Lo felicito por su Blog.

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