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miércoles, 7 de septiembre de 2011

CONVERSACION CON LAS PINTORAS MARITZA MARIN Y OTILIA IDROGO

Napoleón Pisani Pardi

    Días antes de esta conversación con Maritza y Otilia, en el Museo de Arte Popular de Petare, habíamos convenido a través del teléfono, que la cita seria a las 10 de la mañana. 30 minutos después de esta hora, llega Maritza.

-       Tengo mucha gripe, anoche la pasé mal, tuve bastante fiebre – me dice de entrada, como a manera de disculpa por el retraso –.
-          Entiendo, no te preocupes – le contesté –, al mismo tiempo que la tomaba del brazo para llevarla hacia el banquito, donde segundos antes me encontraba sentado.
-          Acomódate aquí – añadí – descansa un rato, le daremos quince minutos a Otilia.

    A los quince impecables minutos, iniciamos la conversación sin la compañía de Otilia. Maritza me habla acerca de los temas de sus pinturas que va a exponer en el Museo.
    “Los temas son variados, temas de la muerte, temas místicos, temas sociales, temas del amor universal, del amor que se le da a todos los seres humanos, a los animales, a las plantas, a todas las cosas que nos rodea. ¿Mis colores?. Mis colores son fuertes – me contestó –. Hay una parte indígena en mí, como una fuerza telúrica que le agrada avasallar, por eso los tonos de mis cuadros son tan vivos”.
    Maritza Marín, como ella misma lo afirma, viene participando en exposiciones de pintura desde hace trece años.

Maritza Marín.

    “Mi primera exposición colectiva fue en 1977, en la galería “El Triángulo”, que estaba en La Pastora, en la calle que sube hacia la Puerta de Caracas.
    Ahí también estaba Otilia Idrogo, con la que participo en la exposición que se va a inaugurar el 19 de Agosto aquí mismo, en el Museo de Petare, donde en 1984 recibí un Tercer Premio con el cuadro titulado “El Incendio de Tacoa”, también, en éste Museo, me dieron una Mención de Honor con la obra “La Tierra hizo barro con mis lágrimas y me lo comí”. En Fedecámaras me gané un Segundo Premio con una pintura que se llamaba “La Vaca ya no da más”, eso fue en 1988. ¡Ah, espérate un momento!, también en Fundarte obtuve una placa con el cuadro “¿Cuál Máscara quiere?”, y en el Salón de Marina Mercante del 85 me dieron una Mención Especial con la pintura “Mi amigo El Metro”. También los bomberos del Municipio Sucre me otorgaron una Mención de Honor en 1986, por el cuadro “Crimen Ecológico”. Ahora aspiro otra recompensa, ya que he estado trabajando muchísimo para lograr eso. Bueno, eso tú lo sabes, pues estoy preparando la exposición que para el año próximo voy a realizar en el Taller “José Fernández Díaz” de Catia, y otra en el Museo “Salvador Valero” de Trujillo. Prada, que es el Director de este Museo, me dio esa esperanza, y como él es una persona seria y respetuosa con los artistas populares, creo que esa es una promesa que se va a cumplir”.
    La pintura de Maritza Marín es una de las más originales y atractivas de nuestro arte popular. Todas las escenas que aparecen en sus cuadros, llaman la atención por la manera tan personal de su ejecución, pues cada personaje y cada uno de los demás elementos que integran los motivos que ella pinta, se convierten de inmediato, gracias a la densidad de su talento, en las referencias plásticas más extraordinarias del mundo que nos rodea.
    “Son muchas las cosas que me motivan a pintar, la música es una de ellas. Cuando oigo tambores me convierto en una india y me provoca dar saltos; entonces pinto cosas de nuestro folklore. Pero si oigo una música de Bach, me elevo como si se me fuera el alma para el cielo. En uno de estos momentos pinté el “Cristo Cósmico”, donde El aparece en actitud de protección hacia todos los seres de la Tierra. Ese cuadro está en la colección de Agustín Coll, el cual trabaja en la Bigott. Mira, esa pregunta te la voy a contestar así: Otilia hace una pintura bastante limpia, tiene una luz muy particular. Ella trabaja mucho, pues hace cinco años más o menos que se quedó viuda, y ha tenido que luchar demasiado para salir adelante. Su esposo fue quien la animó a pintar, pues él también era pintor. Yo estoy muy contenta de exponer con Otilia, pues tengo fe en su pintura y tengo fe en la mía, así que las dos hacemos una buena alianza.
    Por esa misma razón pienso que esta exposición va a convertirse en algo muy bueno para las dos”.

Otilia Idrogo.

    Al terminar la conversación con Maritza, guardé mis notas en la carpeta y volví a encontrarme con las obras de Nabor Terán, el creador trujillano que en estos momentos expone en el Museo de Arte Popular de Petare. Cuando me encontraba frente a la escultura “María del recuerdo”, llegó Otilia Idrogo, envuelta en un sabroso aroma a guayaba, pues traía varias de estas frutas en una pequeña bolsa de plástico. Ella me obsequia una, y comenzamos a charlar de inmediato, ungidos con el delicioso olor de la guayaba, que me hizo olvidar mi malestar, por causa de su descomunal tardanza. Aunque Otilia es un poco reservada y tiene mala memoria, me habló, no sin cierta cautela, de sus experiencias como pintora popular. Ella – así me lo dijo – empezó a pintar en 1964, pero fue en 1975 cuando se da a conocer en una exposición colectiva que organizara “una galería que quedaba en Altamira, pero no me acuerdo del nombre de ese galería”. Otilia lleva a sus cuadros los recuerdos de su infancia en el campo, pero también le agrada pintar matrimonios y paisajes.
    “A veces pinto cosas que tengan un río clarito, muy transparente, así como éste, ¿se da cuenta?; bueno, pero yo también hago matrimonios y otras cosas, como de campesinos. Yo pinto con óleo, pues a mí no me gusta mucho pintar con pintura acrílica, se les va el color muy rápido. Mis colores son veneno, eso quiere decir que los mezclo todos para que me salgan más bonitos y no puedan copiar. Cuando yo veo que un pintor mezcla bastantes colores, entonces yo digo ¡ese si sabe pintar!, bueno, digo yo”.
    Esta creadora popular pinta, asimismo, sobre botellas de vidrio y sobre bombillos. Algunas de estas singulares obras serán incluidas en la muestra que el 19 de Agosto se inaugurará en éste Museo de Petare. La primera exposición individual de Otilia se llevó a cabo en 1984, en “La Cayapa” una galería que estaba situada detrás de la Iglesia El Recreo. En 1977, en el Segundo Salón de Arte Studio Fecha, obtiene su primera Mención de Honor; ese mismo año recibe otra Mención Honorífica, esta vez en el V Salón de Arte de la Marina Mercante; en 1985, logra el Premio Metro de Caracas, en el VI Salón de Arte Popular; en 1988, obtiene el Premio Salón de Arte Cervecería de Oriente; y en 1989, recibe Mención de Honor en el Salón “40 Aniversario de la Cervecería de Oriente”.

-       Otilia, ¿qué opinas tú de la pintura de Maritza Marín?
-          Yo sabía que me iba a preguntar eso. Bueno, para mí los cuadros de Maritza son buenos, ella es una pintora chévere, bueno, es lo que yo opino de ella. Desde que nos conocimos siempre nos hemos llevado bien. Yo espero, con el favor de Dios, que todo nos salga bien en la exposición que vamos a realizar aquí en el Museo. Ojalá y venga mucha gente, porque a mí me gusta encontrarme con las personas que yo conozco, y hacer nuevas amistades, pues a mí me gusta relacionarme con la gente. Yo pienso que es mejor hacer amigos que enemigos, ¿no es así?. Tome, le obsequio la última guayaba.

Entrevista publicada en el Diario La Religión, el 31 de julio de 1990.

Maritza Morales de Marín murió en Caracas, el 6 de julio de 1998.

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