Napoleón Pisani Pardi
Sí, cuatro esculturas del artista peruano Víctor Delfín, fueron hurtadas de mi casa en la urbanización Santa Inés. Y ofrezco una gratificación a la persona que indique, con certeza, el lugar donde estén esas esculturas.
En 1970 el escultor Víctor Delfín realizó una exposición individual en la galería Néstor Chacín, que estaba situada en la Calle Madrid de la urbanización Las Mercedes, en Caracas. Cuatro años después de aquella exhibición de las esculturas del artista peruano, compré cuatro de esas obras en la galería de mi amigo Néstor Chacín, quien fue mi condiscípulo en la primaria del viejo Colegio Los Jardines.
Néstor había vivido muchos años en el Perú, donde se casó con una bella y culta mujer, amante del arte, como él; y ese gusto compartido, les permitió relacionarse con los artistas que trabajaban en aquel país, uno de esos artistas fue Víctor Delfín, a quien admiraban y valoraban debidamente sus creaciones.
Cuando los esposos Chacín se establecieron en Caracas, contrataron los servicios de la agencia de publicidad Empresarial, dirigida por Rafael Groscoors, y donde trabajaba mi amigo Carlos Dorante, para que los asesorara en la creación de una galería de arte. Entonces Carlos me contactó y me pidió les diera algunas orientaciones sobre el particular. Días después me reuní con Rafael y Carlos en el restaurante La Quinta de Simón, donde habían citado al “cliente” para almorzar y hablar acerca de la futura galería de arte. A la media hora de estar reunidos en el restaurante, llegó el “cliente”, quien resultó ser Néstor Chacín, mi amigo de la infancia.
Bien, luego de aquel reencuentro tan agradable comenzamos a trabajar en lo de la galería, la cual sería inaugurada con una gran exposición de las esculturas del artista peruano Víctor Delfín.
Esta es una breve historia de cómo fue el inicio de la galería de mi buen amigo Néstor Chacín, que a cambio de mi colaboración, ad honorem, en la creación de su establecimiento artístico, me vendió las esculturas “a precio de gallina flaca”, y que alguien años después, las hurtó de mi casa.
En noviembre de 1975, el Taller Guayasamin, que estaba en el Centro Comercial Mata de Coco en Caracas, realizó una exposición individual de Víctor Delfín, con el título de Aves de América, unas de esas aves, parecidas a las que hurtaron de mi casa, ilustra este texto donde denuncio ese hecho delictivo.
Ver, en el blog, un Aviso Importante, al final del artículo Los Otros Habitantes de la Ciudad, ver, asimismo, En Busca de la Estatua Perdida, donde se hallará más información acerca de las esculturas hurtadas al pintor Napoleón Pisani Pardi.
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