NAPOLEÓN PISANI..,

NAPOLEÓN PISANI.., se encuentra en su estudio y les da a todos los visitantes la más cordial bienvenida...

Adelante amigos, siéntanse como en vuestra casa...

lunes, 17 de septiembre de 2012

DAVID ALFARO SIQUEIROS, DIEGO RIVERA, EDUARDO MACHADO Y LA LIGA ANTIMPERIALISTA DE LAS AMERICAS

Napoleón Pisani Pardi

Eduardo Machado Morales.

    En el libro Memorias de un General de la Utopía, Eduardo Machado Morales, uno de los políticos venezolanos más sobresalientes del siglo XX, habla acerca de la creación de la Liga Antimperialista de las Américas y de la publicación de El Libertador, donde, en el cuerpo internacional, colaboraban muchas figuras importantes de Latinoamérica, Europa y el Caribe. En el Consejo Directivo de aquella publicación estaban los hermanos Gustavo y Eduardo Machado, Julio Antonio Mella, José Vasconcelos, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Salvador de la Plaza. "Sin embargo, no encontrábamos local para funcionar - cuenta Eduardo Machado -. En el Chapultepec Tennis Club yo había conocido a la Marquesa de Guadalupe, señora Rincón González, propietaria de una amplia casona muy céntrica, que alquilaba por una renta bastante modesta. Su sobrina jugaba tennis y la Marquesa era muy aficionada. La dificultad consistía en las ideas políticas de la Marquesa y de su sobrina, sumamente "cristeras" y reaccionarias. De modo que jamás la alquilaría para servir de sede a la Liga Antimperialista y su periódico. Yo le dije de mi propósito de instalar un taller de cerámica, y ellas, sin ninguna sospecha, cedieron a mi solicitud. Jamás la Marquesa podía imaginarse que aquel elegante entrenador de tennis era rojo y ateo.
    Todo hubiera marchado bien si no es porque a Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros se les ocurrió pintar grandes murales en el frontis de la casa. Además, para mayor indignación de la dueña, disfrazaron una efigie de San Cristóbal, que adornaba la entrada de la mansión, con un revolucionario gorro frigio y una bandera roja. Un día caminaba por la Alameda cuando vi bajar a la Marquesa de una limusina negra, armada de un paraguas. No me dio tiempo a explicaciones. Cayo encima de mi mientras gritaba: "Bandido bolchevique, como se le ocurre cometer sacrilegio con la casa solariega de mis antepasados y el bendito apóstol San Cristóbal".

Diego Rivera.

    También fundamos un periódico anticlerical: El Bonete, cuyo director fue Salvador de la Plaza. Tenía la espectacularidad de ser diagramado por Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, quienes preferían sus páginas para publicar originales caricaturas".
    Eduardo Machado fue muy amigo de Rivera y Siqueiros, y frecuentemente visitaba los talleres de ambos pintores para conversar acerca de todos los temas del arte y la política. Según Pedro Machado, hijo de Eduardo, el autor del dibujo de el gallito rojo, que es el emblema del Partido Comunista de Venezuela, fue Diego Rivera, y el troquel lo realizo el escenógrafo y creador de esmaltes sobre placas de metal : Ariel Severino. Esto me lo conto Pedro el día 14 de diciembre del año 2009, cuando lo visite en el antiguo local donde se editaba Tribuna Popular, y donde, además, tuvo la gentileza de obsequiarme el libro Memorias de un General de la Utopía, fielmente plasmadas en esta publicación por el periodista Guillermo García Ponce en 1992.

Pedro Machado Allison. Foto tomada por Napoleón Pisani el 14
de diciembre del 2012, exactamente tres años después de que
él me obsequiara el libro: Memorias de un General de la Utopía.


    "Tanto Diego como David Alfaro - sigue contando Eduardo Machado - eran de una personalidad impulsiva, arrolladora, imponente. No era extraño por eso que chocaran con frecuencia y ardieran en conflictos por pugnaces desacuerdos, aun cuando conservaban intactos los sentimientos de amistad y compañerismo. Diego era serio y profundo en sus juicios y persistente en mantenerlos contra viento y marea. Siqueiros era febril y apasionado. Ambos estuvieron siempre estrechamente vinculados a su pueblo. Fueron militantes de la causa popular; comunistas toda la vida pese a las posiciones asumidas en ocasiones en trastorno de la línea oficial del Partido. Las caricaturas de Diego y David convirtieron El Bonete en un acontecimiento en la pintura y la política mexicanas. Fue la única publicación que jamás nos dio pérdidas económicas. Toda la edición se agotaba".

David Alfaro Siqueiros.

    En aquel momento histórico, las tareas principales, en el campo político, de todos aquellos revolucionarios, estaban dirigidas en contra del imperialismo y las dictaduras que existían en el mundo. Cubanos, mexicanos, panameños, hondureños, peruanos, venezolanos, y muchos hombres y mujeres más, de diferentes nacionalidades, militaron, con el mayor fervor, en la famosa Liga Antimperialista de las Américas, creada en 1927.

LA MUSITECA CRIOLLA

Napoleón Pisani Pardi


El artista popular Juan Bravo.

    La Alcaldía del Municipio Sucre, a través de la Fundación Angel Lamas y el Museo de Arte Popular de Petare, Bárbaro Rivas, conjuntamente con la Fundación Bigott, son las instituciones patrocinantes de la exposición Musiteca Criolla, de la cual haremos el siguiente comentario:
    Bajo el título de Musiteca Criolla, el artista popular Juan Bravo expone 25 figuras escultóricas en el Museo de Arte Popular de Petare, Bárbaro Rivas. Esta muestra, inaugurada el pasado domingo 6 de agosto, representa un merecido homenaje a un grupo de importantes intérpretes de nuestra música tradicional. Personajes como Freddy Reyna, Cruz Quinal, El Carrao de Palmarito, Otilio Galindez, María Rodríguez, Fulgencio Aquino, Armando Molero, Olga Camacho, Gualberto Ibarreto, Francisco Pacheco, y conocidas agrupaciones musicales como El Quinteto Contrapunto, Serenata Guayanesa, y Los Golperos de Don Pio Alvarado, están presentes en esta exposición individual de Juan Bravo, artista nacido en Rio Caribe, Estado Sucre, en 1934, y quien ahora exhibe una buena colección de figuras elaboradas en madera, alambre y tela, donde se pueden ver los rostros de los más destacados cultores de nuestra música tradicional, además de los instrumentos utilizados por algunos de ellos para ejecutar las diversas expresiones de la música venezolana.


    Nuevamente este creador popular expone sus trabajos en las salas del Museo de Petare, luego de su primera muestra individual, en el 2006, que en aquella ocasión se llamó Caleidoscopio de Papel. Actualmente, La Musiteca Criolla de Juan Bravo, se compone fundamentalmente de músicos, conjuntos musicales, cantantes e instrumentistas de reconocida trayectoria a nivel nacional e internacional, que la Fundación Bigott le encargara realizar a este destacado artista plástico, quien, con gran destreza y semejanza, retrata la fisonomía de los personajes incluidos en esta colección.
    Recuerdo haber conocido a Juan Bravo en la vieja Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, de la esquina de El Cuño, cuando, en 1954, yo participe como alumno de los cursos libres que se daban en aquella institución de formación artística, bajo la orientación de los profesores Rojas y Pedro Angel González. 57 años después, en septiembre del 2011, lo invite a participar en la colectiva Los Artistas Populares Retratan el Museo del Transporte, que se llevó a cabo con motivo de la celebración del 41 aniversario de la fundación de este importante museo de la ciudad capital.


    Me es sumamente grato el comentar esta excelente muestra individual de quien hace tantos años vi llegar a la vieja Escuela de El Cuño, para allí el desarrollar sus sueños y habilidades creativas, ya demostradas, desde muy joven, en su tierra natal del oriente venezolano, cuando hacia trabajos manuales, pintaba avisos comerciales, modelaba figuras de barro, y los custodios de la iglesia le pedían ayuda para restaurar las imágenes de santos.
    Para Juan Bravo el arte lo es todo en su vida, "lo demás se acaba, pero el arte nunca me ha abandonado".









EL SALON DORADO

Napoleón Pisani Pardi


    El Salón Dorado es otro de los recintos del edificio donde están las oficinas; la biblioteca; el Museo Caracas; el Salón de Sesiones; los archivos; La Capilla Santa Rosa de Lima; la Fuente de los Leones, y otras dependencias, pertenecientes al Concejo Municipal de Caracas.
    En enero de 1905, el general Cipriano Castro, Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, ordeno la construcción de un edificio destinado para la Gobernación y el Palacio de Justicia. El proyecto de la obra le fue encomendado al célebre arquitecto Alejandro Chataing, quien también se encargaría de dirigir y supervisar los trabajos de construcción de la misma. Varias modificaciones, y en diferentes épocas, se le han realizado a esta arquitectura de inspiración neoclásica, las cuales, en sus debidos momentos, fueron reseñadas por Enrique Bernardo Núñez, Mario Briceño Iragorry, y otros cronistas y periodistas del país, a través de la prensa nacional: " En el interior del viejo Palacio Municipal se vienen realizando una serie de obras de ampliación y decoración, que están dando la debida comodidad y apropiada elegancia a las oficinas del Municipio. Puede decirse que cuenta hoy la ciudad con una sede acorde con la dignidad que corresponde al lugar donde, en 1811, se firmó el Acta de la Independencia".


    El Salón Dorado lleva esa denominación, debido a que su colección está enmarcada con láminas de oro como elemento decorativo y predominante en los espejos; muebles; marcos de los cuadros y en el magnífico reloj, estilo barroco, que se encuentran dentro de este lugar, y que están relacionados con el arte y la historia del siglo XIX.
    Retratos de José Tadeo y José Gregorio Monagas, pintados por Martin Tovar y Tovar, y otros de Joaquín Crespo y José Antonio Páez, ejecutados por Arturo Michelena y Bernardo González, respectivamente, más un retrato de Rafael Urdaneta, de autor anónimo, están dentro del Salón Dorado, un espacio pequeño, por su tamaño, pero de gran significación si se toma en cuenta el nombre de los artistas y la importancia de los personajes retratados por ellos.

José Tadeo Monagas.

José Gregorio Monagas.

Joaquín Crespo.

José Antonio Páez.

LA SALA RAUL SANTANA

Napoleón Pisani Pardi

Raúl Santana, obra del escultor Martín Leonardo Funes.

    Hablaremos acerca de Raúl Santana, un cronista plástico de la historia y las tradiciones de las clases populares de un país que, por la influencia extranjerizante de la industria petrolera, se fue apartando de las viejas costumbres que le proporcionaban una identidad muy definida, amable y sencilla, el artista percibe que eso está sucediendo con mucha rapidez, y, por lo tanto, se ocupa, con el mayor amor, de plasmar en su obra todo lo referente a las expresiones de lo auténticamente nacional, con la intención de conservarlas y darlas a conocer a las generaciones futuras de Venezuela.
    La Sala Raúl Santana, que se encuentra en el Palacio Municipal, contiene más de dos mil piezas, elaboradas a mano, por este "Cronista Plástico de lo Cotidiano" como así lo llamo Mario Briceño Iragorry. Esta colección de miniaturas reflejan nuestras principales manifestaciones folklóricas; ceremonias religiosas; instrumentos musicales; la gastronomía criolla; personajes históricos y populares; viviendas campesinas; afiches de cine; implementos para la práctica de la hechicería; instrumentos usados en la faena diaria de trabajo, mas otra gran cantidad de piezas de la cultura del país, se guardan en este importante museo de la ciudad capital.


    Raúl Santana nació en la Parroquia San Juan de Caracas, el día 13 de febrero de 1893. En 1911 comienza a estudiar dibujo y pintura en la Academia Nacional de Bellas Artes. Posteriormente viaja a Barcelona, España, y se inscribe en la Escuela de Bellas Artes y Oficios, donde es alumno de los pintores Joaquín Mir y Francisco Labarta, y condiscípulo de Armando Reverón. A su regreso a Venezuela (1917) cultiva el dibujo, la pintura y la escultura, y comienza a realizar caricaturas, las cuales firma con el seudónimo de Santico. El 28 de octubre de 1919, Raúl Santana y Edgar Anzola organizan el Primer Salón de Humoristas de Venezuela, y en el participa con caricaturas y sus primeras esculturas humorísticas. Luego viaja a los Estados Unidos para estudiar fotograbado, y al estar de nuevo en Caracas, instala un taller gráfico. En 1931 se organiza un Segundo Salón de Humoristas, al que envía una gran cantidad de caricaturas, muñecos y animales de la fauna venezolana, realizados con diversos materiales.


    Desde entonces se apasiona por expresar en su obra todo lo concerniente a las expresiones de la cultura nacional, pues, percibe, que son muchas las cosas que representan lo venezolano, que aceleradamente van desapareciendo. Al comienzo de los años cincuenta, Santana ofreció su colección al Concejo Municipal de Caracas, con la finalidad de exhibirla en un lugar apropiado. Pero hubo que esperar hasta 1966, cuando el Ministerio de Obras Publicas le notifico la donación de un terreno, cerca del Parque del Este, hoy Parque Miranda, para allí edificar su museo.
    Finalmente, en 1970, los trabajos de este excelente artista venezolano, son trasladados al Palacio Municipal y se crea la Sala Raúl Santana, perteneciente al Museo Caracas. Durante muchos años todos estos trabajos se realizaron lentamente en la quinta Las Peñas, residencia del autor, en la urbanización Los Palos Grandes. Por fin, después de una buena cantidad de contratiempos, el museo tiene un espacio propio en la planta baja del Palacio Municipal. Allí podemos admirar a muchos personajes populares de la Caracas de ayer: El Duque de Rocas Negras, Cara de Gallina, el chocolatero Natividad, Ño Morian. Periódicos del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX: El Grito del Pueblo, La Agencia Pumar, El Cojo Ilustrado, y una magnifica recreación del taller donde se imprimía El Correo del Orinoco. En fin, en este importantísimo museo, el visitante podrá apreciar cómo fue la vida en el pasado de nuestra ciudad capital, y en muchos otros lugares del país.




Autorretrato.

viernes, 18 de mayo de 2012

UNA CONVERSACION CON DOLORES SALAS DE TORRES, UNA DE LAS HIJAS DEL PINTOR TITO SALAS

Napoleón Pisani Pardi
Fotos: Alfredo Schael y Napoleón Pisani



     Hoy es viernes 4 de mayo, son las 3 de la tarde y hace buen tiempo. Alfredo Schael y yo, estamos en el apartamento de Julio Torres y Dolores Salas de Torres, psicóloga y psicoterapeuta, e hija del pintor Tito Salas, el artista venezolano que más se ocupó de expresar en su obra la vida, como civil y militar, de Simón Bolívar. El apartamento es amplio y sumamente grato, cálido, y donde se exhiben varias obras del famoso padre de Dolores y de otros buenos creadores venezolanos y extranjeros. En un rincón del apartamento está uno de los últimos cuadros de Salas, en él aparecen sus tres hijas y su esposa en el jardín del Toboso, escena de un tiempo feliz y placentero en aquel lugar que hoy se encuentra casi en ruinas. Dolores se coloca al lado de esta obra y dice: “Cuando yo era una niña encontré varias veces al Presidente Medina Angarita acostado en una hamaca que estaba en este jardín. Él, frecuentemente, visitaba nuestra casa, y sin escolta, sólo lo acompañaba su chofer”.


-   Dolores, tengo entendido que algo sumamente grave le ocurrió a la familia cuando le dieron el golpe de Estado al Gobierno democrático del Presidente Medina en el año de 1945. ¿Qué paso en aquella oportunidad?
-    Yo tenía ocho años, pero recuerdo que llegaron unos hombres muy patanes haciéndole disparos a las paredes de la casa, y preguntando por las armas que tenía mi papá. Napoleón, esas armas eran las que le servían de modelo a él, para realizar sus pinturas relacionadas con la Guerra de Independencia o con la Guerra Federal…
    Esos hombres, que entraron a la casa de Petare, se llevaron toda la ropa de mi papá para que él no pudiera salir a la calle y sólo le permitieron usar una de sus pijamas. En aquella ocasión ocurrieron cosas muy desagradables para la familia. Para escapar de aquella situación, mi mamá nos disfrazó de niñas pobres, y ella también se disfrazó de mujer pobre, y salimos para la casa de un familiar en Santa Lucía. Nosotras siempre preguntábamos por papá, y siempre nos decían que él estaba bien. El tiempo se encargó de enderezar aquella situación.

-  “Yo casi me siento petareño – dijo él en una ocasión –, siento verdadero placer cuando los extranjeros tienen frases sinceras de admiración por las calles de Petare”. Ese amor por este pueblo lo demostró, de manera concreta, al donarle a la iglesia parroquial dos pinturas de su autoría: El Nacimiento del Niño Jesús y el Santo Cristo de la Salud, las cuales, desafortunadamente, se encuentran algo deterioradas. Cuando en el mes de abril de este año fuimos a esta iglesia en compañía de tu esposo Julio Torres y Alfredo Schael, y donde el maestro Silverio Carmona, quien, por casualidad, se encontraba en el sitio, y de manera espontánea te brindó un breve recital de violín, pudiste constatar el deterioro de esas pinturas, y, también del templo donde tú te casaste.
-    En esa iglesia no sólo me casé, sino también nos bautizaron a Valentina, a Morella y a mí, también allí hicimos la primera comunión, y siempre íbamos a participar en la misa que se daba los domingos en esta iglesia donde, después de muchos años, me reencontré con ella y con las dos pinturas que recién has mencionado.
    Napoleón, fue muy importante para mi esa visita al templo de Petare, y tú sabes que lloré de emoción durante el hermoso y espontáneo recital que me obsequió el maestro Carmona. Eso nunca lo olvidaré.





-   Yo tampoco lo olvidaré, fue una experiencia muy gratificante. Dolores, en 1993, la quinta El Toboso fue adquirida por el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), una institución que ya no existe, desde entonces esa casa quedó prácticamente abandonada. Ahora esa edificación le pertenece al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, y según declaraciones del Ministro Francisco Sesto, este lugar será un espacio donde se realizarán exposiciones, talleres de creatividad para niños, jóvenes y adultos, y, asimismo, se darán clases de bailes folklóricos, y muchas cosas más, pero, que yo sepa, nada de esto se ha llevado a cabo.
   ¿Tienes algo que decir al respecto?
-    Poco antes de morir mi papá, él nos dijo que nunca vendiéramos esa propiedad. “No se les ocurra vender esta casa, dónenla al pueblo de Petare, para que aquí vengan los niños a jugar, a pintar, a sembrar más árboles, a gozar de la belleza de sus jardines donde los pájaros se acercan sin temor a ser maltratados. No vendan esta casa, donde tanta gente del pueblo vienen a visitarnos y se sienten felices”.
    Napoleón, es una lástima que El Toboso esté en ese estado de deterioro. Hace ya muchos años que el crítico de arte Roberto Guevara, que era un alto funcionario del CONAC, dijo en un diario de circulación nacional, que El Toboso se convertiría en un Museo de Arte. Puras promesas. Sólo eso, promesas.

-   Además de los dos cuadros que se encuentran en la iglesia parroquial de Petare, hay otra obra de Tito Salas, que está en la Escuela Francisco Pimentel, la antigua Escuela Gran Colombia, que, desde 1982, estoy señalando públicamente los daños que presenta. Esta obra se titula El Congreso de Angostura, la cual es una réplica, realizada por el mismo Tito Salas, de la pintura que el Gobierno de Venezuela le donó al Estado de Colombia en 1941.
    Esta es una buena oportunidad para que tú le exijas a las autoridades competentes, que se ocupen de salvar esta obra de gran importancia para el arte nacional, la palabra de la hija del pintor Tito Salas, tiene más fuerza que la mía.
-    Bueno, no sé si será así, pero está bien, le haré un llamado al Instituto de Patrimonio Cultural, para que se ocupe de intervenir esta pintura que está muy dañada. Ojalá le hagan caso a esta petición.


-   Dolores, te voy a leer lo que hace años escribió Lorenzo Vargas Mendoza, quien fue un excelente cronista de Petare, acerca del cuadro El Santo Cristo de la Salud, donde tú estás retratada: “En el lugar donde está el cuadro no se necesita mucha luz para contemplarlo. Tiene su propia luz en las velas encendidas que llevan los habitantes de Petare. Tiene la sencillez de unir a un pueblo, a una iglesia, la afirmación de la fe y la sincera entrega de un artista a esa colectividad”.
    Esto es un hermoso comentario que el cronista le dedicó a esta obra de carácter religioso, que Tito Salas llevó a cabo para pagarle una promesa a este Cristo milagroso que te devolvió la salud.
-    Sí, como bien lo dices, éste Cristo milagroso me devolvió la salud. Yo estoy retratada en esta pintura que hizo mi papá para pagarle una promesa al Hijo de Dios. El otro cuadro, titulado El Nacimiento del Niño Jesús, también lo realizó él con la intención de pagarle una promesa al Santo Niño, por haber sanado a una de mis dos hermanas que había estado muy enferma. No recuerdo a quien de las dos.


-  Tú has dicho que tu madurez te ha permitido valorar, con más intensidad, la personalidad y la generosidad de tu papá, que valorar su talento como artista. ¿Eso por qué?
-    Por la razón de que papá fue excesivamente generoso, fue realmente un hombre bueno, le gustaba ayudar a todo el mundo, y sin esperar nada a cambio. Era la persona menos egoísta del mundo y la más servicial.
   Nosotros tuvimos una casa en El Playón, cerca de donde vivía Reverón allá en Macuto. Papá lo admiraba mucho, y tenía conocimiento de las bribonadas que le hacían a Reverón, algunas gentes que se llevaban sus obras por un precio miserable. Mi papá decía que Reverón era el más importante pintor de Venezuela. También le gustaba la pintura de Bárbaro Rivas, quien vivía en Petare. “Me agrada los colores que emplea en su pintura. Es un buen artista”. Así lo dijo él.

-    Esta ha sido una buena conversación, Dolores, estoy sumamente complacido. Muchas gracias.
-      Gracias a ti, Napoleón.


Un poco más sobre Tito Salas

     Dolores cuenta que, en no pocas ocasiones, a su papá le llevaban obras, supuestamente realizadas por él, para que las autenticara. Todas esas obras que les mostraban eran paisajes, que tenían el mismo estilo de los que últimamente él pintaba. Don Tito – según Dolores – nunca les preguntaba nada a esas personas sobre el origen de esas obras que les llevaban para que las autenticara, simplemente las veía y las certificaba como suyas. No había malicia en éste personaje bondadoso, tan amado, respetado y admirado por muchísimas personas.



     Cuando don Tito murió, en mayo de 1974, su sepelio se llenó de pueblo, de esa gente sencilla de Petare que lo supo valorar y, con la mayor veneración, lo quiso acompañar hasta el camposanto.
     A 38 años de su fallecimiento, ese amor, ese respeto, esa admiración y veneración hacia él, siguen intactos en la memoria y en el sentimiento de los venezolanos, pues, a través de sus pinturas, nos enseñó gran parte de la vida civil y militar de Simón Bolívar.
     Años atrás, otros dos grandes creadores: Martín Tovar y Tovar y Arturo Michelena, también se ocuparon de expresar en sus obras, y con la misma calidad plástica, algunos momentos importantes de la trayectoria del Libertador. Fueron estos tres artistas nacionales, quienes mejor trataron el tema relacionado con nuestra máxima figura histórica.


     Algo muy extraño pasó, cuando a don Tito le encargaron realizar un retrato ecuestre del general Juan Vicente Gómez (perteneciente a la colección de la señora Carmen Luisa García de Gómez), pues al momento de hacerle llegar a su residencia las botas de montar del general Gómez, al olerlas, el perro que vivía en El Toboso, se enloqueció…
     Dolores me contó que su papá, cuando joven, fue muy parrandero; y, por tal razón, a veces descuidaba el trabajo de pintar las obras destinadas a ser colocadas en la Casa Natal del Libertador, y cuando eso pasaba, el historiador Vicente Lecuna, quien le dio ese encargo al pintor, lo amenazaba diciéndole: “Si no cumples con tu trabajo, olvídate de la Casa Natal de Bolívar”.
     Don Augusto Padrón, quien fue una excelente persona y un meritorio cronista de Maracay, me dijo, en 1977, que cuando él era un joven, y en compañía de unos amigos, se encontraba “corriendo un trueno” en un lugar no muy santo que existía en Maracay, vio al pintor Tito Salas y al Presbítero Dr. Carlos Borges, tomando brandy en una mesa y departiendo alegremente con dos hermosas morenas…

Foto tomada de La Revista, semanario ilustrado,
Caracas 1916.

La Casa Natal del Libertador, en la actualidad.

     Cuando en 1921, se abre al público, convertida en Museo, la Casa Natal de Simón Bolívar, fue el Padre Borges la persona elegida para dar el discurso en ese acto tan importante para el país. Este sacerdote fue un gran intelectual y un gran orador, y amigo de muchos artistas, poetas, escritores y músicos venezolanos. En el primer aniversario de la fundación del Círculo de Bellas Artes, el Padre Borges fue, también, el orador de orden: “Señor Ministro de Instrucción Pública: Honorables damas: Señores: “Como el mochuelo solitario en la paz de su olivo, como el cuervo nocturno en su ruinoso albergue, me hallaba en mi retiro, recontando tristezas bajo el crepúsculo de mis ojos obscurecidos y de mi alma enferma y viuda, cuando el Círculo de Bellas Artes, por órgano de la Junta que lo representa, me invito gentilmente a celebrar con mi palabra esta hermosa fiesta de su primer aniversario”. Así comenzó el largo discurso que pronunció éste cura-poeta, compañero de Tito Salas, quien también fue amigo de estos jóvenes artistas que, a comienzo del siglo XX, renovaron con sus creaciones el medio de la plástica nacional.

El tan prometido Museo-Taller Tito Salas


     El día sábado 14 de diciembre de 1991, los diarios El Universal y El nacional reseñaron la visita del Dr. José Antonio Abreu, Ministro de la Cultura, a la quinta El Toboso, en compañía del Dr. Roberto Pocaterra, Ministro de Hacienda, el Dr. Roberto Guevara, Director de Museos del CONAC, y los señores Manuel Espinoza, Director del Instituto Superior de Artes Plásticas, Graciela Pantin, Directora de Proyectos del CONAC, Luis Miguel Lacorte, Director de la Galería de Arte Nacional, Francisco D’Antonio, Director del Museo Arturo Michelena y Carlos Cruz Diez, estando presentes, en esa ocasión, en El Toboso, representando a la familia del pintor, su hija Morella Salas Ramírez, y su yerno, el esposo de Dolores Salas, Julio Torres Núñez.


     Luego de aquella visita, el Dr. José Antonio Abreu le anunció al país que el CONAC convertirá en Museo la casa de Tito Salas. Y en enero de 1993 se lleva a cabo la protocolización de la compra-venta de El Toboso. Valentina Salas de Herrera, Morella Salas Ramírez y Dolores Salas de Torres, firman ese documento en las oficinas del CONAC en el Teatro Teresa Carreño, con traslado del Registro correspondiente. La operación se realizó por treinta (30) millones de bolívares. Simultáneamente se firma la donación que hace la familia al CONAC del mobiliario colonial de la casa, 28 diplomas concedidos al artista durante su vida, la paleta de pintura, el caballete de madera y varias obras del pintor, entre las cuales están un autorretrato al óleo del pintor, cuando joven, un dibujo-retrato y una pintura al óleo que representa a la familia.
     “La casa de Tito Salas será a partir de ahora un museo”, anunció el Dr. José Antonio Abreu en un acto celebrado en El Toboso, con la presencia de todos los directores de museos, varios artistas plásticos, poetas y miembros de la familia de Tito Salas. El pintor y humorista Pedro León Zapata pronunció un emotivo discurso exaltando la obra del célebre creador, y del paso que se estaba dando en favor de la cultura nacional.
     Ya han pasado 21 años de la visita del Dr. José Antonio Abreu al Toboso, donde él, en compañía de varias personalidades del medio cultural, le anunció al país que la casa del artista sería convertida en el Museo-Taller Tito Salas… ¿Qué podemos decir?. Hoy, esa casa, que es Patrimonio de la Nación, está en franco deterioro y está expuesta a toda clase de riesgos. Ya muchos llamados se le han hecho a las instituciones culturales del Estado, para que restauren esa histórica edificación, y crear allí el museo que hace 21 años el CONAC le prometió dar a los habitantes de Petare. No hay más nada que decir...


domingo, 22 de abril de 2012

EL ESCRITOR RAMON HURTADO

Napoleón Pisani Pardi

Lastenia Tello de Michelena.

    El escritor Ramón Hurtado (1892-1932), amigo de Tito Salas, Andrés Eloy Blanco, Eloy G. González, Eduardo Carreño, y autor del libro: Nieblas, Cofias y Molinos, le hizo una entrevista a Lastenia Tello de Michelena, que fue publicada en el diario El Universal, con fecha 10 de febrero de 1913. La entrevista tiene como título: Una visita a la viuda de Arturo Michelena. Tomaremos pequeñas partes de aquella entrevista, “… allí estaba el taller del ilustre artista. Allí trabajaba en sus obras maestras. Allí iban sus discípulos a aprender lecciones de belleza. Aquellas rosas llenaron de fragancia sus pulmones enfermos. Aquel paisaje gris, franciscano y adusto, era familiar a su rutina. Allí me fui una tarde. Moría septiembre. Atravesé el jardín alfombrado de hojas amarillas. Vinieron a abrirme.
-   Pase, voy a avisarle a la señora.
Entré. Un pequeño salón adornado con exquisito gusto. Muebles antiguos. Lienzos. Fotografías de estudio del pintor en París. Estatuas. Brazos. Y, en un ángulo, una Venús de Milo…
    Hablamos, sus manos blancas y finas se extendían indicándome los lienzos. Sus ojos verdes los acariciaban largamente, amorosamente, con la mirada. Le hablo de la gran similitud de sus rostros y el de la maja de los labios rojos. Ella sonríe…
    … Véngase siempre por aquí con sus amigos. Cuando siento que unos muchachos tocan a esta puerta, me parece que Arturo no ha muerto”.

La casa donde vivía la viuda del pintor, que años después,
sería convertida en Museo Arturo Michelena.