NAPOLEÓN PISANI..,

NAPOLEÓN PISANI.., se encuentra en su estudio y les da a todos los visitantes la más cordial bienvenida...

Adelante amigos, siéntanse como en vuestra casa...

domingo, 18 de septiembre de 2011

GIO PONTI, ARMANDO REVERON Y CRISTINA GOMEZ

Napoleón Pisani Pardi


    Tres personajes que, por distintos hechos, razones y casualidades, se relacionan entre sí.

    El libro titulado: Cristina Gómez, maracayera, escrito por Germán Fleitas Núñez, y patrocinado por la Gobernación del Estado Aragua en el año 2003, es una publicación parecida a un álbum familiar, con muchísimas fotos, anécdotas, postales, y donde, además, hay dibujos, pinturas, poemas, pensamientos, partituras, y otras obras de arte, obsequiadas y autografiadas por sus autores, a esta hija del general Juan Vicente Gómez.
    Obras de Tito Salas, ALFA, Leoncio Martínez (Leo), Francisco Narváez, Tomás Golding, Pedro Elías Gutiérrez, Rafael Monasterios, Moisés Moleiro, Gregorio García, Berta Singerman, Mangoré, Eloy G. González, Antonio Muñoz Tebar, Raúl Santana, Chicharro Gamo, Eduardo Francis, Manuel Cabré, Armando Reverón, y otros más, ilustran este interesante libro, donde se narran, también, algunos episodios de la cotidianidad social, y de la historia contemporánea del país, que, de manera descarnada, retratan los aspectos menos favorecedores de la condición humana de ciertos personajes de la sociedad venezolana.
    Ahora bien, en este blog hemos publicado varios trabajos sobre Armando Reverón, como también hemos publicado una caricatura del poeta Domínguez Rivodó, realizada por Reverón, una faceta muy poco conocida del pintor, que nos pareció interesante y necesario dar a conocer. Como ahora hacemos con el dibujo que Reverón le obsequiara a la hija de Gómez en 1931, el cual aparece en el libro ya mencionado, de edición y circulación limitadas, desafortunadamente, pues es una publicación que tiene un contenido sumamente interesante, y merece, por lo tanto, una mayor divulgación. 

Croquis del Castillete, realizado por el arquitecto italiano
Gio Ponti, en 1954.

    Asimismo, y por ser poco publicitado, insertamos en este pequeño texto, el croquis realizado por el arquitecto italiano Gio Ponti en 1954, donde él señala todos los espacios que tenía el Castillete de Macuto, y que junto con algunas fotografías de Grazziano Gasparini, y un magnífico escrito acerca de Reverón, Ponti publica en la revista DOMUS Nº 296, en julio del mismo año. Menos de dos meses antes de morir el pintor.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

EMILITA RONDON

Napoleón Pisani Pardi


    “Ojalá y mis cuadros ayuden a quienes los contemplen, para que la vida se les haga menos dura y cancelen lo malo, que boten esas cosas que entristecen y se dispongan a vivir como Dios manda, con amor”.

    Emilita Rondón vive en Mampote, en la casa de su yerno, el pintor Adrián Serrano, quien más ánimos le diera en sus inicios en el arte. Ella nació hace sesenta y cinco años en Tovar, Estado Mérida. “Estando pequeña, veía a mi abuela y a mi mamá hacer figuras en anime para los pesebres de Navidad”. – cuenta –. “Puede ser que de ahí me venga el entusiasmo por la pintura, no sé”.
    En la sala de su casa, un ambiente adornado con todos los objetos que han sido creados para halagar la sensibilidad de los seres humanos, Emilita me habla acerca de sus inicios en la pintura, de sus planes y anhelos, y de sus experiencias como artista, como artista popular.


Sus primeras obras

    “Yo comencé a pintar después que se murió mi esposo. Hacía cuadros pequeños, donde aparecían gente bañándose o pescando en los ríos, uno de aquellos cuadros se llamaba “Despojo en el Río”. Las personas que más me entusiasmaron para seguir pintando fueron Victoria Gudiño y Adrián Serrano. Victoria es la directora de la Casa de la Cultura de Turmero. Ella y Adrián que está casado con mi hija Reyna, fueron los que más me ayudaron”.
    Emilita ha realizado 20 exposiciones individuales y participado en una gran cantidad de exhibiciones colectivas. Está representada en el Museo de Arte Popular de Petare; Museo de Arte Contemporáneo de Caracas “Sofía Imber”; Museo “Salvador Valero”, Trujillo; Fundación Polar, Caracas; Casa de la Cultura de Los Teques; Venezolana de Ferrys, CONFERRY, y en numerosas colecciones de Venezuela y del exterior. Además, ha obtenido importantes Premios y Menciones Honoríficas en algunos Salones de Arte organizados en el país.

Su mundo espiritual

    “Mi pintura está llena de vida y de sentido. Ella expresa, ante todo, la magia, la alegría, el color, la armonía, la religiosidad, que se encuentran alrededor de uno y que la gente no ve o no quiere ver. Los motivos que prefiero pintar son los paisajes de colores vibrantes, en los que se perciban una sensación de eterna primavera. Me agradan, también, los temas religiosos, los siento muy dentro de mí, y los realizó con una gran espiritualidad. Igualmente pinto matrimonios, porque le doy un toque humorístico. Y hago retratos de Simón Bolívar, porque siento mucha admiración y respeto por ese hombre que, para mí, fue el más grande de Suramérica”.


Una gran capacidad creativa

    Emilita es una de nuestras artistas populares que más trabaja. Ella hace muñecas de trapo, figuras de arcilla, teje cestas y sombreros en miniatura, “con cintas que saco de las bolsas de plástico. Yo les quito las asas y la tirita que las une por abajo, y luego comienzo con las tijeras a cortarlas en cinticas, y, por último, empiezo a tejer”. Uno de sus planes futuros, el que más le entusiasma y anhela, es el estar representada en los grandes museos del exterior, no obstante, muchas de sus obras se encuentran en varias colecciones privadas en Alemania, España, Estados Unidos y Suiza.
    “Ignoro el tiempo en el que me dedico a tomar los pinceles. Cuando lo hago, ansío expresar todos mis sentimientos. No me dedico a un solo tema porque no resisto la rutina, ni siquiera en la pintura. Suelo pintar en tela, cartón piedra, madera y en todo lo que parezca novedoso. No me gusta encerrar mis cuadros en un claustro, mis pinturas tienen espíritu y corazón. Me gusta la variedad. Referente al estilo, no sé lo que la gente llama estilo, a mí sólo me importa que mi obra le llegue a las personas”.


Los recursos técnicos

    Desde hace poco tiempo, a Emilita le interesa lograr mayores texturas en sus obras y, asimismo, trabajar en grandes formatos, “porque en ellos tengo más libertad” – dice –. “Pintar en esos espacios tan grandes, es como caminar sobre un campo lleno de flores, con un sol muy luminoso en un cielo inmenso, y muy azul. Otra cosa, Pisani, necesito sentir que mi pintura llegue a cada rincón de la Tierra. Eso obedece, tal vez, a que siempre he sido amante de los viajes, de conocer nuevas personas. Cada vez que algunas de mis obras se van para el exterior, yo viajo con ellas, porque en cada una de mis pinturas hay algo de mi persona. Además, mis cuadros llevan en sus líneas y en sus colores, el mensaje de amor más inmenso que les puedo ofrecer a mis semejantes”.
    Cuando Emilita organizó su octava exposición individual en el Taller “José Fernández Días” de Catia, en octubre de 1990, ella declaró lo siguiente: “Ojalá y mis cuadros ayuden a quienes los contemplen, para que la vida se les haga menos dura y cancelen lo malo, que boten esas cosas que los entristecen y se dispongan a vivir como Dios manda, con amor”.

Entrevista publicada en la revista Páginas Nº 1816, de fecha 4 de mayo de 1995.

Emilita Rondón falleció en Mampote, Estado Miranda, en el año 2006.

CARMEN LOPEZ

Napoleón Pisani Pardi


    Tiene 80 años, un talento muy especial para el arte y el humor y, como si fuera poco, una tremenda capacidad para emprender una considerable cantidad de proyectos, en los que siempre se evidencia su personalísima y colosal creatividad.

    Carmen López, artista popular, nació en Caracas el 7 de agosto de 1915. Y esos ochenta años en ningún momento le impiden llevar a cabo la actividad más disímil y constante. Ella pinta, modela figuras en arcilla, hace collares con piedras semi-preciosas, cinturones de cuero, y, con los materiales más insólitos, portarretratos al estilo Gaudí. También, para satisfacer la glotonería de los amigos que casi a diario la visitan en su taller, hace las sabrosísimas tortas que, ella dice, “son de inspiración”.
    Y Carmen ha participado en 43 exposiciones colectivas, 6 de ellas realizadas en el exterior, y organizado 4 muestras individuales. Ella comenzó a pintar hace más de veinte años. “Motivada por las cosas que veía y me gustaban – confiesa la artista –. Poco a poco, como si fuera una tarea, empecé a pintar esas cosas que me rodeaban y que, por alguna razón especial, me agradaban. Al lograr lo que me proponía, crecía mi entusiasmo, entonces hice algunos cuadros con temas más difíciles, donde el humor crítico apareció. Muchos de esos cuadros se encuentran en varias colecciones privadas”.


Una mujer que ama la aventura

    Carmen se dio a conocer en uno de los Salones de Arte Popular, patrocinados por Fundarte, donde obtuvo uno de los premios de adquisición. Un colorido luminoso y un dibujo seguro, limpio, caracterizan su obra, que ahora, debido a mayor dominio del oficio, se ha vigorizado y ampliado su repertorio temático. Escenas religiosas, elementos de nuestra flora y fauna, personajes del medio político y cultural venezolano, las fiestas populares, los sucesos que aparecen en las páginas rojas de los diarios, la vida nocturna de la ciudad, la marginalidad, las formas del amor, etc., son, entre muchos más, los temas que frecuentemente aparecen en sus cuadros. Toda esa heterogeneidad, motivó al periodista Daniel Espinoza a escribir lo siguiente sobre esta artista popular: “A través de una mirada ingenua, logramos percibir quién sabe qué número de sensaciones y emociones. A través de una mirada ingenua, nuestros sentidos pueden experimentar lo que en contadas ocasiones podemos vivir. A través de una mirada ingenua, Carmen López nos eleva a eso. Nos eleva a su visión de la vida, llena de color, de esperanzas, de celebración, con olor a alegría, a pasión por la pintura”.


    Carmen es una mujer que ama la aventura, y ese afán por vivenciar infinidad de situaciones le animó a viajar por varios países. De esos viajes guarda muchas anécdotas, que ella, con su particular manera de decir las cosas, nos cuenta algunas de esas anécdotas.
    “Entre mis anécdotas hay una que recuerdo con gran satisfacción. Estando en París, en el año 83, conocí a dos matrimonios, uno mexicano y otro colombiano, ambos pintores y miembros de la Comisión Latinoamericana para la Exposición del Grand Palais. Exposición muy importante, pues había la participación de artistas célebres del mundo entero. Por ejemplo, los artistas polacos, que eran ciento sesenta, tenían sus propios afiches y catálogos. A esta exposición fui invitada por los señores que antes había conocido. Debo aclarar que en París me encontraba de tránsito y, sin embargo, allí me quedé dos meses pintando, para no quedarle mal a esas personas que con mucha gentileza me invitaron a participar en la exposición. Durante todo el tiempo que estuve trabajando, ellos siempre me daban ánimo. La única pintura ingenua era la mía. Lo chistoso de esta historia sucedió el día de la inauguración. Para entrar al Grand Palais había dos colas, una para el público, que debía retirar sus entradas pagadas, la otra para los expositores, que tenían otra clasificación y no eran cobradas. Cuando me encontraba en la cola, un joven me dijo en español: ‘Señora, está equivocada de cola’. ¿Por qué?, le respondí. ‘Porque esa cola es para los que están exponiendo’. No estoy equivocada, joven, yo estoy exponiendo. ‘¿Y como hizo para exponer aquí?’, me preguntó el joven poniendo cara de incrédulo. No hice nada, le respondí enérgicamente, me invitaron y punto…”.
    Entre las numerosas exposiciones colectivas en las que ha participado Carmen, vale la pena mencionar algunas de ellas, las que por su excelente organización y sobresaliente calidad de las obras expuestas, es necesario señalar. Esto, obviamente, subraya, además, la aceptación que han tenido y tienen las creaciones de Carmen no solamente en nuestro país, sino también en el exterior: Museo “Salvador Valero”, Trujillo; Primer Salón Internacional de Pintura Naif, El Estoril, Portugal; Museo de Arte Popular de Petare; Museo del Fiaro, Santo Domingo, República Dominicana; Exposición en Homenaje a Santiago León de Caracas, Museo Sacro, Caracas; Asociación Venezolana de Artistas Plásticos, Caracas, y Museo Bolivariano, Bogotá, Colombia.


-       Oye, Pisani, déjame contarte otra anécdota muy buena, una amiga me regaló el libro “Pantaleón y las Visitadoras”, del escritor Mario Vargas Llosa; y me lo dedicó con la siguiente nota: “Doña Carmen, espero que la lectura de este libro logre inspirarla y posteriormente, estoy segura, podrá realizar una interesante obra”. Cuando vino el escritor a Caracas para firmar ejemplares de su último libro, “La Guerra del Fin del Mundo”, en un acto preparado en una de nuestras librerías, yo fui a esa librería para que también me autografiara ese libro, y viera, además, una pintura que yo había hecho inspirada en uno de los capítulos de “Pantaleón y las Visitadoras”… “¡Ah, Pantilandia!”, dijo Vargas Llosa al contemplar el cuadro, en el que aparecían un grupo de mujeres semi-desnudas, y, al fondo del mismo, la fachada del prostíbulo que Pantaleón, el protagonista de la novela, había creado en ese lugar de la selva peruana. “Pero ¡Dios mío!, exclamó Vargas Llosa, este cuadro es más pornográfico que la novela…”.

    Así es Carmen López, una mujer con un talento especial para el arte y el humor, y poseedora, además, de una asombrosa capacidad para emprender una considerable cantidad de proyectos, y en los que siempre se evidencia su personalísima y colosal creatividad.

Este artículo fue publicado en la revista PAGINAS Nº 1813, el 23 de marzo de 1995.

Carmen López murió en Caracas, el 12 de diciembre del 2006.

CONVERSACION CON LAS PINTORAS MARITZA MARIN Y OTILIA IDROGO

Napoleón Pisani Pardi

    Días antes de esta conversación con Maritza y Otilia, en el Museo de Arte Popular de Petare, habíamos convenido a través del teléfono, que la cita seria a las 10 de la mañana. 30 minutos después de esta hora, llega Maritza.

-       Tengo mucha gripe, anoche la pasé mal, tuve bastante fiebre – me dice de entrada, como a manera de disculpa por el retraso –.
-          Entiendo, no te preocupes – le contesté –, al mismo tiempo que la tomaba del brazo para llevarla hacia el banquito, donde segundos antes me encontraba sentado.
-          Acomódate aquí – añadí – descansa un rato, le daremos quince minutos a Otilia.

    A los quince impecables minutos, iniciamos la conversación sin la compañía de Otilia. Maritza me habla acerca de los temas de sus pinturas que va a exponer en el Museo.
    “Los temas son variados, temas de la muerte, temas místicos, temas sociales, temas del amor universal, del amor que se le da a todos los seres humanos, a los animales, a las plantas, a todas las cosas que nos rodea. ¿Mis colores?. Mis colores son fuertes – me contestó –. Hay una parte indígena en mí, como una fuerza telúrica que le agrada avasallar, por eso los tonos de mis cuadros son tan vivos”.
    Maritza Marín, como ella misma lo afirma, viene participando en exposiciones de pintura desde hace trece años.

Maritza Marín.

    “Mi primera exposición colectiva fue en 1977, en la galería “El Triángulo”, que estaba en La Pastora, en la calle que sube hacia la Puerta de Caracas.
    Ahí también estaba Otilia Idrogo, con la que participo en la exposición que se va a inaugurar el 19 de Agosto aquí mismo, en el Museo de Petare, donde en 1984 recibí un Tercer Premio con el cuadro titulado “El Incendio de Tacoa”, también, en éste Museo, me dieron una Mención de Honor con la obra “La Tierra hizo barro con mis lágrimas y me lo comí”. En Fedecámaras me gané un Segundo Premio con una pintura que se llamaba “La Vaca ya no da más”, eso fue en 1988. ¡Ah, espérate un momento!, también en Fundarte obtuve una placa con el cuadro “¿Cuál Máscara quiere?”, y en el Salón de Marina Mercante del 85 me dieron una Mención Especial con la pintura “Mi amigo El Metro”. También los bomberos del Municipio Sucre me otorgaron una Mención de Honor en 1986, por el cuadro “Crimen Ecológico”. Ahora aspiro otra recompensa, ya que he estado trabajando muchísimo para lograr eso. Bueno, eso tú lo sabes, pues estoy preparando la exposición que para el año próximo voy a realizar en el Taller “José Fernández Díaz” de Catia, y otra en el Museo “Salvador Valero” de Trujillo. Prada, que es el Director de este Museo, me dio esa esperanza, y como él es una persona seria y respetuosa con los artistas populares, creo que esa es una promesa que se va a cumplir”.
    La pintura de Maritza Marín es una de las más originales y atractivas de nuestro arte popular. Todas las escenas que aparecen en sus cuadros, llaman la atención por la manera tan personal de su ejecución, pues cada personaje y cada uno de los demás elementos que integran los motivos que ella pinta, se convierten de inmediato, gracias a la densidad de su talento, en las referencias plásticas más extraordinarias del mundo que nos rodea.
    “Son muchas las cosas que me motivan a pintar, la música es una de ellas. Cuando oigo tambores me convierto en una india y me provoca dar saltos; entonces pinto cosas de nuestro folklore. Pero si oigo una música de Bach, me elevo como si se me fuera el alma para el cielo. En uno de estos momentos pinté el “Cristo Cósmico”, donde El aparece en actitud de protección hacia todos los seres de la Tierra. Ese cuadro está en la colección de Agustín Coll, el cual trabaja en la Bigott. Mira, esa pregunta te la voy a contestar así: Otilia hace una pintura bastante limpia, tiene una luz muy particular. Ella trabaja mucho, pues hace cinco años más o menos que se quedó viuda, y ha tenido que luchar demasiado para salir adelante. Su esposo fue quien la animó a pintar, pues él también era pintor. Yo estoy muy contenta de exponer con Otilia, pues tengo fe en su pintura y tengo fe en la mía, así que las dos hacemos una buena alianza.
    Por esa misma razón pienso que esta exposición va a convertirse en algo muy bueno para las dos”.

Otilia Idrogo.

    Al terminar la conversación con Maritza, guardé mis notas en la carpeta y volví a encontrarme con las obras de Nabor Terán, el creador trujillano que en estos momentos expone en el Museo de Arte Popular de Petare. Cuando me encontraba frente a la escultura “María del recuerdo”, llegó Otilia Idrogo, envuelta en un sabroso aroma a guayaba, pues traía varias de estas frutas en una pequeña bolsa de plástico. Ella me obsequia una, y comenzamos a charlar de inmediato, ungidos con el delicioso olor de la guayaba, que me hizo olvidar mi malestar, por causa de su descomunal tardanza. Aunque Otilia es un poco reservada y tiene mala memoria, me habló, no sin cierta cautela, de sus experiencias como pintora popular. Ella – así me lo dijo – empezó a pintar en 1964, pero fue en 1975 cuando se da a conocer en una exposición colectiva que organizara “una galería que quedaba en Altamira, pero no me acuerdo del nombre de ese galería”. Otilia lleva a sus cuadros los recuerdos de su infancia en el campo, pero también le agrada pintar matrimonios y paisajes.
    “A veces pinto cosas que tengan un río clarito, muy transparente, así como éste, ¿se da cuenta?; bueno, pero yo también hago matrimonios y otras cosas, como de campesinos. Yo pinto con óleo, pues a mí no me gusta mucho pintar con pintura acrílica, se les va el color muy rápido. Mis colores son veneno, eso quiere decir que los mezclo todos para que me salgan más bonitos y no puedan copiar. Cuando yo veo que un pintor mezcla bastantes colores, entonces yo digo ¡ese si sabe pintar!, bueno, digo yo”.
    Esta creadora popular pinta, asimismo, sobre botellas de vidrio y sobre bombillos. Algunas de estas singulares obras serán incluidas en la muestra que el 19 de Agosto se inaugurará en éste Museo de Petare. La primera exposición individual de Otilia se llevó a cabo en 1984, en “La Cayapa” una galería que estaba situada detrás de la Iglesia El Recreo. En 1977, en el Segundo Salón de Arte Studio Fecha, obtiene su primera Mención de Honor; ese mismo año recibe otra Mención Honorífica, esta vez en el V Salón de Arte de la Marina Mercante; en 1985, logra el Premio Metro de Caracas, en el VI Salón de Arte Popular; en 1988, obtiene el Premio Salón de Arte Cervecería de Oriente; y en 1989, recibe Mención de Honor en el Salón “40 Aniversario de la Cervecería de Oriente”.

-       Otilia, ¿qué opinas tú de la pintura de Maritza Marín?
-          Yo sabía que me iba a preguntar eso. Bueno, para mí los cuadros de Maritza son buenos, ella es una pintora chévere, bueno, es lo que yo opino de ella. Desde que nos conocimos siempre nos hemos llevado bien. Yo espero, con el favor de Dios, que todo nos salga bien en la exposición que vamos a realizar aquí en el Museo. Ojalá y venga mucha gente, porque a mí me gusta encontrarme con las personas que yo conozco, y hacer nuevas amistades, pues a mí me gusta relacionarme con la gente. Yo pienso que es mejor hacer amigos que enemigos, ¿no es así?. Tome, le obsequio la última guayaba.

Entrevista publicada en el Diario La Religión, el 31 de julio de 1990.

Maritza Morales de Marín murió en Caracas, el 6 de julio de 1998.

ELSA MORALES

Napoleón Pisani Pardi
Fotos: Mariano Díaz


    Su obra es el ejemplo más valedero de la enorme capacidad creadora del pueblo venezolano. Pintora, hacedora de cuentos, poemas y muñecas de trapo, y ahora compositora de canciones.

    Elsa Morales, pintora, hacedora de cuentos, poemas y muñecas de trapo, y ahora compositora de canciones, es el ejemplo más valedero de la enorme capacidad creadora del pueblo venezolano. Ella, la que vino un día a Caracas desde una pequeña población cercana a esta ex-ciudad de los techos rojos, realiza todas estas actividades con la misma facilidad y talento que demuestra a la hora de cocinar cualquier plato, pues Elsa, para usar un término de moda, es una mujer completa, un ser que es capaz de pintar el cuadro más increíblemente bello, más conmovedor, al mismo tiempo que prepara el mejor de todos los asados del mundo. Esto viene a demostrar, otra vez más, que los menesteres erróneamente considerados menos excelsos, en ningún momento dañan la extrema sensibilidad del artista consagrado.


    La obra de Elsa Morales posee un dibujo y un colorido enérgico, donde habitualmente aparecen escenas propias de la ciudad: edificios, casas, calles, avisos luminosos, motociclistas, carros, policías, violaciones, atracos, heladeros, autopistas, etc., etc. “Cuando camino por esta selva de concreto – dice Elsa – corro a buscar colores para imaginar y pintar mundos de cosas bellas para los niños. Sin embargo, salen en mis cuadros gentes con cara triste. Hay alegría en los colores, pero una gran tristeza en las gentes que habitan en los edificios de apartamentos. A mí me tocó vivir para hacer una pintura de protesta, donde el individuo sienta la realidad del país”.

-   ¿Qué te induce a expresarte en tan distintos campos de la creación  artística?
-    Uno nace con diferentes inclinaciones, pero es ahora, cuando ya estoy madura, cuando se me ha permitido hacer todas estas cosas. En mí hay una gran necesidad interior de hacer arte de muchas maneras, pues yo soy un ser angustiado que tiene necesidad de estas siempre en movimiento, haciendo cosas y expresándome de muchas formas.


-   ¿Y en cuál de esas expresiones te sientes más cómoda?
-    Yo pienso que desde que tú me has puesto el título de “la mujer completa”, me siento feliz expresándome artísticamente de distintas maneras. Eso ha hecho que a cada rato reciba ofertas de matrimonio.

-   ¿Y eso te agrada?
-    ¡Caramba!, y a qué mujer no le gusta tener bastante de donde escoger.

-   Elsa, ¿qué piensas tú sobre el interés que últimamente se ha despertado en torno a las manifestaciones artísticas populares?
-     El arte popular es el arte que se dirige hacia todas las clases sociales. Es fácil de entender y de sentir, no es un arte pretencioso, y es a la vez un arte profundamente sólido. Sin embargo, creo que acá en Venezuela, si pensamos en otros países, no se le ha hecho mucho caso al arte popular. Porque hay una cosa, poner a unos artistas monos en un Salón, no es suficiente. Además, dentro de la llamada pintura popular hay muchos coleados. Mira, te voy a decir una frase mía, dentro de muchos bagres siempre se pesca una sardina...

-    ¿Y qué opinas de la crítica de arte?
-    Bueno, hay unos críticos muy serios, y hasta ahora, en particular, la crítica siempre me ha tratado bien. Hasta en los Estados Unidos, país donde he expuesto tres veces, he tenido suerte con la crítica. Allá las personas que realizan esa labor son muy estrictas, allá no se dejan llevar por el amiguismo, no señor, allá la cosa es muy seria. Si uno es bueno la crítica dice cosas buenas del artista, pero si se es malo, a pesar de la amistad que pueda existir entre el crítico y el artista, se le dice sus verdades.

-   Elsa, mucha gente sabe lo buena artista que eres, pero lo que no saben es que eres también una excelente cocinera. ¿Dónde aprendiste a cocinar tan sabroso?
-    ¿Qué donde aprendí a cocinar tan sabroso? Bueno, fíjate, desde la edad de siete años yo comencé a trabajar en diferentes casas de familia. Así que tuve que aprender a juro a cocinar, a planchar, a lavar… En esa importantísima universidad de la vida aprendí a cocinar, ¿satisfecho?.

-   Tú eres a nivel nacional e internacional, una de las artistas populares más sobresalientes. ¿Eso te asusta o te complace?
-    ¡Cónchale!, eso me satisface, pero lo que no me satisface es que uno tenga que pasar tanto trabajo en este país petrolero, en esta Venezuela Saudita, para poder vivir. Uno aquí vive con mucho trabajo, pues lo que tengo es fama, y con pura fama no se hace mercado.


-   ¿Tienes en proyecto algunas exposiciones?
-     El próximo año llevo otra exposición a “The Signs Gallery”, que es la galería que me representa en Nueva York. Pero me gustaría hacer una exposición, una gran exposición, en alguno de los museos que existen aquí en el país.

-    ¿Qué opinas de la política cultural del Estado?
-    Que es una porquería. Por ejemplo, en el campo de las artes plásticas no se está haciendo nada, porque hacer por las artes plásticas no es llevar a dos o tres artistas a una Bienal. Hay muchas Escuelas y Talleres en completo abandono. Hay muchos museos, de Caracas y del Interior, con un presupuesto miserable. Los ejecutores de la llamada política cultural del Estado, han despilfarrado el dinero y sólo ayudan a la gente que pertenece a su grupo y a los que le jalan mecate. Existen muchísimos artistas valiosos en el país, marginados por estos señores que se creen dueños de la cultura nacional.

-   ¿Cómo haces tú para comer, vestirte, pagar el apartamento, la luz, el agua, el teléfono, etc., etc., etc.?
-    Bueno, muchas veces dejo mi obra a medio terminar para vender artefactos eléctricos y otras cosas más. Porque esos compromisos, como el de cancelar la luz y el agua, no esperan a que uno tenga dinero con que pagar. Si, en nuestro país, el de los grandes recursos económicos, la existencia es muy dura para todo aquel que trabaje para embellecer la vida de sus habitantes. Más vale meterse a comerciante…

    “El arte es la más alta alegría que el hombre se dé a sí mismo”, decía Marx. Pero oyendo las declaraciones de Elsa Morales, la dulce artista de Santa Teresa del Tuy, la que habla con los pájaros de Guatopo, la que de una mirada nos adivina el porvenir, la bella morena que encanta a las serpientes y se ríe como los duendes juguetones de nuestra cordillera andina; pareciera que hacer arte en Venezuela es una ofensa para los ilustres dirigentes de la cultura nacional. “Más vale meterse a comerciante”, como dice Elsa, y montar un botiquín, y ponerle como nombre “BAR CULTURA”, y beberse allí dentro, al fondo blanco, un tronco de cóctel para olvidar. ¡Salud!.

Entrevista publicada en la revista KENA Nº 405, de fecha 11 de noviembre de 1982.

Elsa Morales murió en Barquisimeto, Estado Lara, el 3 de marzo del 2007.

SIMON BOLIVAR EN EL ARTE POPULAR

Napoleón Pisani Pardi
Fotos: Luis Leal y Rafael Fernández


Neke Alamo. La Muerte de Bolívar
(detalle), 1982.
 
    “Aunque la pluma letal de algunos apasionados venezolanos y extranjeros destilen su veneno contra la gloria y nombre de Bolívar. Aunque avance la técnica militar. Ni los humos siniestros de las bombas atómicas. Con todo eso y más el nombre de Bolívar no será borrado de los pueblos y naciones”. Así se expresaba Salvador Valero, el pintor, el poeta, el cuentista, el cronista popular del Caserío El Colorado de Trujillo, acerca de Bolívar. Y es que El Libertador, para el artista que viene de los rincones más humildes, “es un hombre igual de grande a las montañas de mi tierra”, como decía Juan Alí Méndez, aquel menudo ser, de increíble talento, que tantas veces tallara en madera la figura del más ilustre de todos los venezolanos. 

Día de La Bandera.
Tapíz de Uvi.

Gerardo Aguilera Silva.
El Libertador.














    Son muchos los artistas populares de nuestro país que han interpretado a Simón Bolívar. Gerardo Aguilera Silva, “el poeta iracundo”, es uno de ellos. Sobre cartones ensamblados, unos sobre otros, formando una especie de pirámide, creaba con verdadera devoción la efigie del Libertador. Nabor Terán, otro de los retratistas del Padre de la Patria, comenzó a pintar, según él, inspirado por uno de los episodios más sobresalientes de la vida de Bolívar: “Hace cinco años, un primero de mayo, comencé a trabajar por pura imaginación, si mal no recuerdo fue un día martes. Como a las cuatro de la mañana se me imaginó un cuadro, entonces me puse a pensar en el cuadro, yo nunca había pintado. Agarré un trozo de tabla, y después de mirarlo detenidamente, comencé a trabajarlo. ¿Qué vas a hacer allí?, me preguntaba la gente. Los muchachos me tomaban el pelo, ellos decían que estaba haciendo un muñeco muy feo. A los dieciocho días ya se le veía la forma al relieve de aserrín y cola plástica. Entonces compré la pintura de óleo y empecé a pintar la tabla. En eso estuve como diez o doce días más. Hasta que terminé mi primer cuadro “El Paso de Los Andes”. Cuando la gente vio el cuadro, terminadito y con su cañuela, se quedó asombrada. A partir de ese momento se acabó la tomadera de pelo”…

R.A. Chirinos. Simón Bolívar
con Sombrero.

Nabor Terán. Bolívar
a Caballo.














    Manuel Cabrera, pintor, escultor, cantante, maestro de panadería y anticuario, hace más que todo, en cemento y madera, esculturas que representan la figura del gran amor de Manuelita Sáenz. “Esas esculturas – dice Cabrera – se las doy al pueblo para que los coloque donde quiera, ya que el artista no debe hacer cosas para él mismo sino para el pueblo”. Elsa Morales, la que escribe cuentos y poemas, la que pinta con los mejores colores de la tierra y cocina, porque es una mujer completa, los platos más sabrosos, también ha contribuido a enriquecer con su obra la extensa iconografía del Libertador.
    Rafaela Albornoz (Rafa), R.A. Chirinos, Uvi, Raúl Días, Dionisio Veraméndez, Carmen Castro, Cruz Amado Fagúndez, Jesús María Rodríguez, Víctor Millán, Andrés Antonio Alvarez, Luis Barón, José Márquez, Adrián Pérez (Grone Romepri), Neke Alamo, Francisca Molina, José Arcángel Rodríguez, Amelia de Carrero, Víctor Quintero y Flores Araña, son, igualmente, apenas una pequeñísima parte de la enorme cantidad de artistas populares que, en cierta oportunidad, se han preocupado por llevar a su obra la personalidad más resaltante de nuestras historia. En todo el país, y usando las técnicas más diversas, estos creadores espontáneos han expresado, con verdadero respeto y admiración, el aspecto físico del Libertador y algunos momentos cruciales de su vida cívica y militar. No importa si, por limitada habilidad plástica, nos parezca torpe el resultado, pues lo importante es el trabajo artístico de quienes vienen del pueblo. Estas elaboraciones artísticas representan los sentimientos más profundos y sinceros del pueblo venezolano hacia el insigne sembrador de libertades.

José Márquez.
Busto del Libertador.

Carmen Castro. Bolívar.














    El arte popular, ingenuo, primitivo, espontáneo, o como se le quiera llamar, “es el arte que verdaderamente nos representa – como dice el pintor Apolinar –, es nuestro arte, es el arte que no le debe nada a nadie y que, por lo tanto, no está sometido a influencias extrañas”. Es el más honesto, el más fresco – agregamos nosotros –, el más consubstanciado con la realidad espiritual, social, mágica, que nos rodea. Cosa, por lo tanto, que lo convierte en el más apropiado para expresar con dignidad al símbolo más sagrado de la Patria.

Artículo publicado en la revista KENA Nº 396, el 8 de julio de 1982.

APOLINAR DESDE SU JARDIN INTERIOR

Napoleón Pisani Pardi
Fotos: Luis Leal


    “En este país la cultura siempre ha sido marginada. Pero en este gobierno, en particular, existe un distanciamiento pronunciado entre los que dirigen la cultura y quienes la nutren con su trabajo cotidiano”.

    Pablo Apolinar Livinalli Santaella, de signo Leo, es un hombre delgado y con mirada de felino en acecho (quizás por haber nacido en la fecha que simboliza el león), que pinta arquitecturas y figuras humanas flotando en el espacio sideral. El trabaja muy cerca de su pequeño jardín interior, su edén, como él lo ha llamado. “Mi patio es un paraíso donde levanto una mano y tomo una estrella, bajo la mano y recojo una flor”. Allí estaba cuando lo fuimos a visitar, pocos días atrás para escudriñar su mundo en el cual la realidad y el sueño se confunden.

Napoleón Pisani entrevista al pintor
Apolinar. Petare, junio de 1982.

-       ¡Qué cosa tan buena! – exclamó al vernos entrar – Los críticos descienden del Olimpo para observar mi obra.

-       Del Olimpo no, Apolinar, de la esquina de Panteón, – le corregimos amablemente, y de inmediato le empezamos a preguntar –. Apolinar, tú, y eso bien lo sabes, eres un hombre culto, ¿así qué cómo es eso de que se te clasifique como artista ingenuo?
-          Yo no sé por qué se me sigue  llamando a estas alturas “artista ingenuo”, eso lo tendrían que aclarar quienes así me llaman. Tal como yo lo veo, óyeme bien, son gente que más allá del aspecto formal de la cosa plástica, no ven más nada, por eso, alegremente, encasillan a una persona en una determinada corriente y luego es muy difícil zafarse de ello. Creo que eso obedece a una flojera mental.

-       ¿Te molesta eso?
-          Me molestó en un tiempo en el que me encontraba nadando en dos aguas, ahora no.
    Yo digo como Jesús: “El que tenga oídos para oír que oiga”, hoy no participo en exposiciones de arte ingenuo, pero no por menospreciar a esta dignísima expresión artística, sino porque no soy pintor ingenuo. Pero yo, en cualquier parte del mundo, participaría en una muestra de pintura junto con Emerio Darío Lunar, Víctor Millán, Feliciano Carvallo, Esteban Mendoza, Bárbaro Rivas y Salvador Valero, pero con la condición de que no se clasifique la exhibición como de arte ingenuo, porque considero que ellos no lo son.


-       ¿Y qué piensas tú de la pintura llamada ingenua que se hace en el país?
-          Hay un planteamiento de Marta Traba sobre la cultura de la resistencia, en el que sólo aplica los cánones de la metrópolis. El único arte de la resistencia es el arte ingenuo, el arte popular. De allí que yo crea que el arte ingenuo, mucho más que el arte “culto”, es el arte que verdaderamente nos representa, en nuestro arte, es el arte que no le debe nada a nadie y que por lo tanto no está sometido a influencias extrañas. Por eso es una lástima la carencia de apoyo. No obstante, y esto lo quiero aclarar para evitar malas interpretaciones, el arte “culto” ha tenido en el país una gran trascendencia. Sería una tontería no valorar adecuadamente la obra de Soto, de Cruz Diez, de Oswaldo Vigas, de Alejandro Otero, de Mateo Manaure, quienes, entre otros, han enriquecido con su trabajo constante el medio artístico nacional, y le han dado una buena imagen en el exterior a Venezuela.


-       ¿Y sobre la política cultural del Estado, qué podrías opinar?
-          En este país la cultura ha sido marginada. Pero en este gobierno, en particular, existe un distanciamiento bastante pronunciado entre los que dirigen la cultura y quienes la nutren con su trabajo cotidiano. Para estos gobernantes la cultura es un espectáculo, una diversión… Esta gente carece de imaginación, no hay derecho de que nos pase esta desgracia…

-       Hace falta aquello de la imaginación al poder.
-          Indudablemente.


-       Tu obra refleja una enorme imaginación, Apolinar. ¿Tú crees que eso te podría convertir en un buen gobernante?. Eso te lo pregunto porque en este país todos, o casi todos, quieren ser presidente, presidente de cualquier cosa. Te aclaro que yo no, pues eso de ser presidente, aunque sea de la asociación de bebedores de caña, me produce terror.
-          Nunca la imaginación va al poder, lo que llega al poder no es la imaginación sino la ambición. Así que yo nunca podría tener poder.

-       Háblame de tu pintura, de tus planes, de tus estudios.
-          Una de las cosas que me ha dado la Escuela de Arte de la Universidad Central, es una claridad mayor del espacio imaginativo, pues antes pensaba en espacio afectivo. Sin embargo, fíjate bien, bajo este último concepto estoy preparando una exposición para el Museo de Arte Contemporáneo de mis “libros”. Esa exposición será un homenaje a Alejo Carpentier, pues esta serie de obras lleva como título “El Reino de Este Mundo”, donde traduzco en imágenes el contenido de esa famosa novela del escritor cubano.

-       Bien, eso respecto a tus “libros”, ¿pero qué me dices de tu pintura de grandes dimensiones?
-          Se parecen más al espacio metafísico. Estos trabajos explican realmente lo que soy.

-       ¿Y qué eres?
-          Soy cósmico, galáctico, universal. Soy multitud, tres, dos, uno. Soy único y libre, libre soy.

-       ¿Entonces crees en la libertad?
-          Soy libre. Quien vea mis obras y no vea la libertad que es respirar en ellas debe ser ciego. Esa libertad es la que permite que no haga concesiones a lo convencional.

-       ¿Lo convencional  está reñido con la verdadera creación?
-          El problema está en no hacerle caso a lo convencional. Lo importante es romper con lo establecido para entonces poder ser libres.


    ¡Muera lo convencional!. ¡Viva la imaginación! – gritamos emocionados –. NO a los falsos Salones de Arte Oficial. NO a la Escuela de Artes Plásticas. NO a los falsos críticos de arte. NO a los periódicos que apoyan tanto absurdo y al público que va todos los días dócilmente al matadero… ¡Ah caramba!, ahora que recuerdo, pero si esto mismo lo dijeron “Los Disidentes” hace más de treinta años en París.

Entrevista publicada en la revista KENA Nº 394, de fecha 10 de junio de 1982